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miércoles, 28 de marzo de 2007

SÉPTIMA POSTAL: El periodismo




Querido sobrino,

Hoy voy a hablarte de algo muy serio: el sistema político del mundo exterior. Es relativamente complejo, se parece algo al nuestro, pero hay algunos cambios sustanciales que voy a intentar explicarte. Utilizan un sistema representativo, como nosotros, pero sus políticos aunque cumplen la misma función que los nuestros, no se llaman políticos, se llaman periodistas.

Hay bastantes partidos (aquí denominados periódicos), pero los más importantes son tres: EL PAÍS, EL MUNDO Y ABC. Estos son sus secretarios generales:



EL PAÍS








EL MUNDO










ABC






Los votantes, en vez de ir a las urnas a depositar su voto cada cierto tiempo como hacemos en nuestra tierra, demuestran su confianza a su agrupación política preferida día a día, comprando una especie de panfleto que redactan en la sede de estas.

Creo que todavía no comprendo bien el sentido de estos folletos, porque aún me encuentro estudiándolos concienzudamente pero, por lo que he leído, lo que escriben en ellos no es lo que ocurre en la realidad, sino cómo les gustaría que fuera ésta, cómo prometen a sus seguidores que la cambiarían si son ellos los más votados.

Otros actos en la vida de estos periodistas (políticos, para que tú me entiendas), son por ejemplo, insultar todos los días a los líderes de otros partidos, para que el votante (que es humano, y por lo tanto no muy inteligente) tenga bien claro en todo momento lo que debe elegir; recordar el pasado, sobre todo el del otro partido y, me ha parecido muy curioso, también demuestran una gran preocupación por fomentar los deportes, como las manifestaciones (¿te acuerdas?), animar a la gente para que no se pierda ni una, e incitarles para que practiquen ellos mismos en las calles, no en competiciones oficiales, sino amateurs, que son mucho más rudas y violentas.

Aunque soy consciente de que aún no entiendo mucho, si voy a permanecer por aquí un periodo importante de tiempo creo que debería empezar a integrarme en este sistema, y así podré analizarlo mejor. No sé por cuál partido decidirme, pero de todos los panfletos que he leído, estudiando los tipos de mundo que proponen cada uno, de momento me quedo con uno llamado “Super-pop”.

Espero que estéis todos bien, te quiere mucho,

Tu tío Patt.

lunes, 26 de marzo de 2007

SEXTA POSTAL: El amor

Querido sobrino,

Siento mucho haber tardado tanto en escribirte, pero es que he pasado unos días muy asustado, acurrucado en mi cueva, sin atreverme a salir, ¡no me pasaba algo así desde que descubrí la lluvia! He detectado entre los humanos una enfermedad muy peligrosa y, por sus desastrosas consecuencias, estaba aterrado pensando que podría cogerla. Ahora ya estoy mucho más tranquilo, porque leyendo los diarios del abuelo Flick, que como ya sabes es, en toda nuestra larga historia, el enano de jardín que más estudió el comportamiento humano, he podido saber con gran alivio que es un mal endémico y casi seguro exclusivo del mundo exterior y sus habitantes.

Es muy fácil reconocer a los enfermos, porque van por la calle como alelados, sin rumbo fijo, no se enteran de lo que la gente les dice, se chocan con todo el mundo, cruzan la calle sin mirar y provocan accidentes. Se les pone una sonrisa tonta continua y van a todas partes con la mirada perdida y los ojos vidriosos. Según mis observaciones, los médicos suelen unir de dos en dos a los afectados para que se vayan cuidando mutuamente. Se agarran de la mano para no perderse y de vez en cuando, en momentos de crisis, se hacen el boca a boca y otro tipo de reanimaciones pertinentes... Pero hay algunos que supongo que no tienen seguro que les busque pareja y se tienen que cuidar ellos solos. Estos son los que peor están: tienen ojeras, no duermen, no comen, algunos llegan incluso a suicidarse.

Lo peor es de esta enfermedad es que nunca sabes cuándo la vas a pillar, cuánto tiempo dura y una misma persona la puede coger decenas de veces durante su vida. Hay pocos casos, pero en ocasiones ¡se puede convertir en crónica!

Me alegro mucho de que nosotros no podamos sufrir este trastorno tan desagradable.

Un saludo enorme,

Tu tío Patt

domingo, 11 de marzo de 2007

QUINTA POSTAL: Las manifestaciones




Querido sobrino,

Siento mucho haberte asustado tanto en mi última postal con todo el asunto de la lluvia. Al final resultó no ser peligrosa, sólo algo molesta. De todas formas, creo que de momento no he de preocuparme más por este fenómeno porque parece que ha remitido. Lo mejor de todo es que he podido volver a mis investigaciones.

Hoy voy a hablarte de nuevo de las costumbres de los humanos del mundo exterior, más en concreto sobre su deporte favorito: las manifestaciones. Todos los fines de semana, que son el periodo de tiempo que estos tienen para descansar de sus ocupaciones laborales y dedicarse al ocio, aprovechan para reunirse en la calle y dar "multitudinarios paseos". Pese a que el trayecto es corto (proporcionalmente al tamaño de sus piernas, claro) tardan en recorrerlo unas cuantas horas. En el transcurso de este evento leen unas poesías y entonan muchos cánticos. No es por criticar, pero te puedo asegurar que aquí tienen un gusto pésimo por la música, o al menos muy distinto al nuestro.

Está todo muy bien organizado: hay varios equipos, y cada sábado, alternativamente, es uno de estos el que se encarga de organizar la caminata. A final de la temporada (que este año será el último fin de semana del mes de mayo, en la llamada “jornada electoral”) gana el equipo que más gente ha conseguido reunir. A ellos les entusiasma, aunque he de decirte que yo aún no le encuentro la gracia a esta competición.

Un abrazo muy fuerte,

tu tío Patt.

martes, 6 de marzo de 2007

CUARTA POSTAL: La lluvia




Mi querido sobrino,

Algo muy raro ocurrió ayer en este lugar. No sé bien cómo explicarlo, y tampoco conozco exactamente la procedencia y el porqué del fenómeno. Por ello, ante tanta incertidumbre, sólo te puedo relatar lo que yo vi y hacerte partícipe de mis primeras hipótesis. De repente, en pleno día, cuando, según lo que he aprendido recientemente, debería haber luz, todo se oscureció. Temiendo lo peor me escondí en un rincón y me agarré a los tirantes. No ocurría nada, pero en el ánimo de la gente se notaba que estaba a punto de pasar algo malo, porque comenzaban a caminar más deprisa y sacaban de sus mochilas unos utensilios que parecían ser armas, pero poco potentes.

Y ocurrió algo asombroso e inexplicable: el techo empezó a escribir sobre el suelo. Yo miraba hacia arriba maravillado para comprobar cómo una tinta transparente se derramaba sobre la tierra, como si de un pergamino o un lienzo en blanco se tratase, y las palabras comenzaron a brotar de inmediato. Evidentemente, yo no entendí lo que allí se escribía, pero debía de ser algo muy dulce, por la delicada forma en que caían las gotas, y muy profundo, por el ritmo acompasado que utilizaba el desconocido escritor.

No sé si esto ocurrirá muy a menudo, pero hasta que descubra si esta tinta es peligrosa me esconderé en una cueva no demasiado húmeda que he encontrado para guarecerme.

Con mis mejores deseos,

Tu tío Patt.

HOROSCOPO